Como ya sabéis, desde CEI Pulpitos siempre hemos apostado por los pies descalzos…
Mientras nuestros peques aprenden a caminar desarrollan mejor el sentido del equilibrio y la coordinación. Además, el contacto directo de los pies del bebé con el suelo o el entorno, puede tener múltiples beneficios tanto para su desarrollo físico como sensorial.
Os compartimos los principales:
- Desarrollo de los músculos y ligamentos
Caminar descalzo ayuda a fortalecer los músculos, ligamentos y huesos del pie. Los pies descalzos se adaptan mejor a la superficie, lo que favorece el desarrollo de la postura y la estabilidad al caminar.
- Mejora la coordinación y el equilibrio
Al sentir el contacto directo con el suelo, el bebé puede ajustar mejor su equilibrio y coordinación. Los pies descalzos permiten un mejor sentido del espacio y de cómo moverse en él.
- Estimulación sensorial
La planta del pie es una de las áreas más sensibles del cuerpo. Al andar descalzo, el bebé recibe una gran cantidad de estímulos táctiles que favorecen el desarrollo del sistema nervioso y la percepción del entorno.
- Desarrollo propioceptivo
La propiocepción es la capacidad de saber dónde está cada parte del cuerpo sin tener que mirar. Al caminar descalzo, el bebé mejora esta capacidad, lo que es clave para la coordinación y el control de movimientos.
- Mejora la postura
El contacto directo de los pies con el suelo permite que el bebé adopte una postura más natural, sin las restricciones que puede imponer un calzado. Esto favorece el correcto desarrollo de la columna y el sistema musculoesquelético.
- Estimula la circulación
Caminar descalzo ayuda a activar la circulación sanguínea en los pies, lo que es beneficioso para la salud general del bebé.
En resumen, dejar que un bebé ande descalzo en superficies seguras contribuye positivamente a su desarrollo físico y cognitivo, además de brindarle una mayor conexión con su entorno.
